Descripción
Para que exista la posibilidad de algo nuevo, de alguna ayuda o de alguna comprensión interior, tengo que estar “no apegado”. Si hay una apertura, un desapego de las cosas (mis “posesiones”, mi negatividad o mi propia manera de sufrir, que alimentan mi personalidad), si puedo separarme de mi imaginación, entonces existe la posibilidad de alcanzar un estado de desapego. Es a partir de este estado que puedo comenzar a trabajar en otro nivel. Un apego o identificación que toma posesión de la totalidad de mí puede servir a lo “positivo” o a lo “negativo”, pero cancela toda posibilidad de sostener al mismo tiempo tanto las fuerzas positivas como las negativas. Sólo cuando podemos sostener lo negativo y lo positivo a la vez, existe la posibilidad de que ingrese una tercera fuerza, la fuerza neutralizante.