Evento Celestial WESAK
De acuerdo a la solicitud de algunas personas y para quienes están interesados en ampliar y recibir más información sobre el festival de Wesk este próximo 7 de Mayo, les hemos recopilado a continuación información que sin duda les será muy útil….
Este evento celestial tiene lugar anualmente en el momento de la luna llena de Tauro (frecuentemente llamada «Luna llena de mayo»).Durante esa ocasión, Dios mismo lanza Sus bendiciones sobre la tierra, según las demandas del hombre, a través del Buda y de su Hermano, el Cristo.
Este extraordinario acontecimiento también tiene una manifestación física. Paralela a esta ceremonia espiritual, se lleva a cabo otra ceremonia en el plano físico en un pequeño valle del Tibet, más allá de los Himalayas. Es allí donde nos dicen que ocurre la ceremonia terrestre de bendición, en la cual muchas personas de la localidad y sus alrededores encuentran su camino, como peregrinos que van hacia la luz. Se realiza en ese lugar un ritual solemne.
Se dice que este valle está ubicado bastante alto en los cerros de los alrededores del Himalaya tibetano. Solo por el noreste hay una estrecha apertura entre las montañas. Hacia el extremo norte se encuentra una roca inmensa y plana.
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En el momento de la Luna Llena de Tauro, comienzan a reunirse peregrinos de todos los alrededores. Los hombre santos y lamas se dirigen hacia el interior del valle ocupando la parte sur y central, dejando el final del mismo, el noreste, relativamente libre.
Dice la leyenda que se reúne allí un grupo de aquellos grandes Seres que son los Guardianes de la Tierra del Plan de Dios para nuestro planeta y para la humanidad.
Los esotéricos del mundo pueden llamarlos Los Maestros de la Sabiduría, la Jerarquía Planetaria, quienes en sus diversos niveles son regidos e instruidos por el Cristo, el Maestro de todos los Maestros, el Maestro semejante a los ángeles y al hombre.
También los podemos llamar los Rishis de las Escrituras Hidues, o la Sociedad de Mentes Iluminadas, como en las enseñanzas tibetanas.
Ellos, con Su sabiduría, amor y conocimiento, actúan como una red protectora de nuestra humanidad. Buscan guiarnos, paso a paso (tal como Ellos fueron guiados en su momento) de la oscuridad a la luz, de lo irreal a lo real, de la muerte a la inmortalidad. Este grupo es el elemento más importante del Festival de Wesak. Se agrupan al final de la parte noreste del valle, en círculos concéntricos, preparándose para un gran acto de servicio.
Al frente de la roca, mirando hacia el noreste, se encuentran Aquellos Seres, que son llamados por sus discípulos «los Tres Grandes Señores». Ellos son el Cristo, quien se ubica en el centro; el Señor de las formas vivientes, el Manú, que se ubica a la derecha del Cristo; y el señor de la civilización, el Mahachohan, que se ubica a su izquierda.
Las personas presentes en cuerpo físico han encontrado su camino ahí por vías comunes. y están presentes en sus cuerpos sutiles y en estado de sueño.
Cuando se aproxima la hora de la luna llena, un silencio se apodera de la multitud y todos miran hacia el noreste. Se inician movimientos rituales, en los cuales el grupo de Maestros y sus discípulos de todos los rangos adoptan posiciones simbólicas, las cuales tienen un significado poderoso y profundo. Simultáneamente, emiten cánticos y palabras de poder, llamados mantrams. Se crea una tensión real y creciente en la multitud. A través de todo el cuerpo de las personas se siente una estimulación o una vibración poderosa, la cual tiene el efecto de despertar las almas de aquellos presentes, fusionando y mezclando al grupo en una total unidad, y elevando todo en un gran acto de demanda espiritual, de buena voluntad y esperanza. El canto y el flujo rítmico crecen poderosamente, y todos los participantes levantan su ojos hacia el cielo en dirección a la parte más angosta del valle.
Una pequeña mancha en el cielo se acerca más y más, aumenta su claridad y definición del contorno, se puede ver la forma del Buda, sentado en posición de loto, vestido con su manto azafrán, bañado de luz y color, y con su mano extendida en señal de bendición. Al llegar exactamente sobre la gran roca, flotando sobre las cabezas de los Tres Grandes Señores, un poderoso mantram, utilizado solo una vez al año, durante este Festival, es entonado por el Cristo y todo el grupo de personas en el valle se postra delante de Ellos.
Esta invocación crea una gran vibración o corriente de pensamiento, que se extiende sobre el grupo de aspirantes, discípulos o iniciados. Esto marca el momento supremo de un intenso esfuerzo espiritual ejercido a través de todo el año, la revitalización espiritual de la humanidad y de los efectos espirituales que perdurarán durante los meses siguientes.
El efecto de esta Gran Invocación es universal, y sirve para vincularnos con ese centro cósmico de fuerza espiritual desde el cual provienen todos los seres creados. Se derraman bendiciones, y el Cristo- en representación de la humanidad- las recibe como su custodio para su distribución. El Buda vuelve una vez al año para bendecir al mundo, transmitiendo a través del Cristo vida espiritual renovada. Lentamente el Buda se aleja, hasta que se vuelve a ver solo una débil mancha en el cielo para luego desaparecer. Desde su aparición hasta el momento en que el Buda se pierde de vista, toma solo ocho minutos. Su sacrificio anual ha terminado y vuelve a aquel lugar elevado donde trabaja y espera.
El y su gran hermano el Cristo, trabajan en intima cooperación para el beneficio espiritual de la humanidad. A través del Buda, se derrama la sabiduría de Dios. A través del Cristo, se manifiesta el amor de Dios a la humanidad, y es esta sabiduría y este amor el que fluye sobre la humanidad cada luna llena de mayo.
Para Occidente, representa una idea algo nueva, que nos llama a readecuar algunas de nuestras creencias más apreciadas. Si esta puede ser captada y entendida, surgirá una nueva visión en nuestra conciencia y la posibilidad en la actual humanidad, de incentivar conscientemente una nueva fuente de enriquecimiento y un nuevo centro de fuerza espiritual.
Este festival vincula el pasado con el presente. Es un servicio mutuo a la humanidad, el Buda y el Cristo unen Oriente y Occidente. Se establece la bendición espiritual más elevada en el mundo. Es un momento inusual de flujo de vida y estimulo espiritual, que vitaliza las aspiraciones de toda la humanidad. A través del esfuerzo unido del Cristo y del Buda, se abre un canal de comunicación entre la humanidad y Dios, para que descienda el amor y la sabiduría de Dios mismo al mundo que espera y necesita. Podríamos decir que se abre una puerta al Cielo, haciendo posible el contacto con energías que en otras circunstancias no son de fácil disposición. En ese momento es posible aproximarse a Aquellos que guían la raza a la verdad y realidad.
A medida que esto sea conocido, será posible desarrollar una Ciencia de Acercamiento a las verdades más profundas y a las fuerzas de la vida que aun están escondidas detrás de un velo.
Es posible obtener grandes expansiones de conciencia para ser ayudados y estimulados espiritualmente para dar aquellos grandes pasos llamados iniciaciones y que habilitaran a la humanidad para penetrar un poco más profunda y conscientemente en los misterios del Reino de Dios.
Texto de Alice A. Bailey (1880-1949)
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