Descripción
Si bien en décadas recientes los avances tecnológicos han estado en primer plano de la vida pública, también se ha producido una progresión simultánea de la conciencia humana, que se ha expresado como un avance repentino y reciente de su nivel general. Este cambio enormemente profundo y saludable, que ocurrió a finales de los años 80, ni siquiera fue notado por el mundo en general; no obstante fue detectado y documentado por la nueva metodología de la investigación de la conciencia, que había realizado el descubrimiento seminal de cómo distinguir entre verdad y falsedad, y entre esencia y apariencia. La incapacidad de discernir entre la verdad real y la ilusión es el principal obstáculo de la humanidad en general, y es responsable de la gran mayoría de los problemas humanos, así como de las guerras y los sufrimientos personales y sociales. Por lo tanto, un examen del problema básico subyacente parece una prioridad apremiante. Para las presuposiciones habituales y el “sentido común” resulta confrontador que los principales enigmas que han confundido a la humanidad durante siglos ahora puedan ser resueltos en cuestión de segundos. En realidad, todos los problemas y asuntos complejos pueden remitirse a un simple “sí” o “no sí” (“no”). Por tanto, lo único que hace falta saber es qué pregunta plantear y cómo preguntar.